Tan pronto llega el mes de octubre y se acerca el Día de Halloween es muy común ver adornos de gatos negros en todos lados. Pero, ¿por qué se les asocia a estas fechas, a las brujas y a la mala suerte?
Primero, un poco de historia. Los egipcios adoraban a los gatos y estos eran considerados criaturas divinas. Para ellos, los gatos eran animales sagrados, pues eran dioses reencarnados.
Los egipcios los veneraban y matar a uno de estos animales era considerado un crimen capital. Cuando un gato moría, este era momificado y la familia guardaba luto. Entonces, ¿por qué hoy suelen llevar el estigma injusto de ser portadores de mala suerte, además de otras falsas creencias asociadas al color de su pelaje?
Todo comienza con la antigua civilización celta en la cual pensaban que los gatos eran los guardianes silenciosos y misteriosos del otro mundo. Por ello, los consideraban como animales malditos, pues estaban seguros de que sus ojos abrían las puertas al reino de las hadas.
También se creía que los gatos, especialmente los negros, eran los mejores amigos de las brujas e incluso se decía que estas podían transformarse en uno de ellos.
Del mismo modo, en Europa, durante la Edad Media se desarrolló una persecución masiva de gatos, ya que eran asociados a ritos paganos y al demonio, al punto de que, si una persona tenía un gato negro había motivo suficiente para ser juzgado por practicar brujería.
Según la Iglesia de ese tiempo, “todas las personas que acojan un gato negro bajo su techo corren el riesgo de ser condenadas a la hoguera”. Así reza la bula “Rex in rama”, del siglo XIII.
La quema de gatos se fomentó a tal extremo de que pasó a formar parte habitual en diversas festividades. Cuando la Peste Negra arrasó gran parte de la población de Europa, se dice que probablemente se les concedió a los gatos un indulto, ya que estos jugaban un papel importante en el control de plagas.
Según han pasado los años, otras supersticiones sobre los gatos negros han venido a formar parte de nuestra vida, como es, por ejemplo, considerar como un mal augurio cruzarse con un gato negro.
Aunque cada persona tiene sus creencias, en la actualidad hay quienes creen en la desafortunada fama que acompaña al gato negro y, sin duda, esto aporta a que sean menos apreciados y que su índice de adopción sea menor que el de los gatos de otro color. Por ello, debemos seguir el ejemplo de países como Escocia y algunas partes del Inglaterra donde estos felinos son sinónimo de prosperidad y buena suerte.
Si dejamos a un lado nuestros prejuicios y supersticiones, en el gato negro encontraremos a un animal exótico y elegante, que es perfecto para brindar compañía. Así que, si estás pensando en adoptar un gato, ¡dale la oportunidad a un gato negro, no te dejes llevar por su mala fama! Piensa en las cosas positivas, ya que un gato negro te brindará muchas alegrías, amor y horas de diversión.
Algunas creencias positivas sobre los gatos negros:
En octubre y en fechas cercanas al Día de Halloween, muchos centros de adopción de animales tienen prohibido dar en adopción a gatos negros y animales negros, como medida de protección y prevención. Para evitar que estos sean expuestos a torturas, rituales y sacrificios.
En Escocia, un gato negro en la entrada de tu casa simboliza la prosperidad y la buena suerte.
En Inglaterra se consideraba que si unos novios recién casados se encontraban con un gato negro, esto simbolizaba prosperidad en el matrimonio.
También en Inglaterra, los marineros creían que tener un gato a bordo les traería buena suerte.
Las esposas de los marineros solían tener un gato negro en casa, ya que esto parecía “asegurar” que sus maridos volverían sanos y salvos a sus casas después de la travesía.