Desde su hogar en Aguada, Jesús J. Román cuenta que su amor por los animales nació desde que era muy pequeño, ya que siempre hubo animales en su casa.
“Mi papá era porteador público y ganadero, así que crecí en ese entorno, rodeado mayormente de animales de granja”, comenta, para agregar que, luego del huracán María, visitó una tienda de mascotas que no contaba con los recursos en ese momento para cuidar de sus animales.
“En ese momento, vi una tortuga de patas rojas (red-footed tortoise) en un terrario sola y no pude dejarla ahí. El gerente de la tienda me dio la oportunidad de adoptarla y desde entonces, Raphael forma parte de mi familia”, dijo emocionado, recordando el momento en que la singular mascota llegó a su vida.
Raphael es una tortuga de patas rojas, las cuales se caracterizan por su caparazón de color negro o marrón oscuro con manchas amarillas, tirando a anaranjado. Según explica Jesús, estas pueden llegar a medir entre 11 y 13 pulgadas de largo, aunque hay variedades que pueden alcanzar las 15 pulgadas.
“El macho es mucho más grande que la hembra, sin mencionar que su cola también es más larga y su caparazón es más amarillo y hundido en la parte inferior, para facilitar el momento del apareamiento”, agrega entusiasmado.
“Además de Raphael, tengo otras tortugas, tanto de agua como de tierra; gallinas, pavos y cotorras… ¡bueno, un poco de todo!”, dice divertido, para pasar a hablar de Raphael nuevamente.
Raphael es una tortuga única. Ninguna de mis mascotas es una “mascota tradicional” por decir perros o gatos. Muchas personas piensan que por no ser común como mascotas son difíciles de entender, pero, al igual que nosotros, cada una tiene una personalidad que las hace diferentes”, asegura convencido.
Sin embargo, enfatiza que, entre las cosas más difíciles de tener este tipo de mascotas se encuentra la adaptación, ya que, “al no ser comunes, no hay muchas opciones para el cuidado de ellas, el acceso y, sin duda, lo más difícil: encontrar un buen veterinario que pueda atender esta especie en la isla”, indica.
Eso sí, una de las cosas que más disfruta es la reacción de las personas al ver a Raphael.
“Por ejemplo, de primera impresión, muchas personas piensan que las tortugas son lentas, pero se sorprenden al ver correr a Raphael”, dice animado.
“Mi vida, definitivamente, ha cambiado, ya que ellos son parte de mi día a día. Están llenos de amor para dar y listos para recibir todo el amor que le puedas dar”, afirma.
Jesús exhorta a todo aquel que quiera obtener una mascota a que se anime y lo haga, ya que hay muchos animales de diferentes especies listos y esperando por esa persona que los adopte y los integre a su familia. “Sin duda, este le brindará todo el amor incondicional que solo ellos saben ofrecer”, concluye.