Por Dr. Harold Lidin Mercado
Clinica Veterinaria Gardenville

Todos sabemos que el COVID-19 afecta a los humanos, pero, con motivo del aumento de casos en Puerto Rico, ¿qué pasa con los animales?

La contestación rápida es que no estamos seguros. Hay casos que han dado positivo, como el tigre en Nueva York, gatos con dueños enfermos, un perro en Tokio y visones en los Países Bajos, al noroeste de Europa; pero, ¿cómo se infectaron? ¿Los animales lo pueden transmitir? ¿Se lo puedo transmitir yo a ellos? ¿Hay tratamiento? Estas son algunas de las preguntas que este artículo intenta contestar para aclarar los mitos relacionados al COVID-19 y los animales.  

Vamos a empezar con que, definitivamente, hay animales que pueden contraer el virus. Hasta ahora, las especies afectadas son los felinos (gatos, tigres, leones…), los lechones, los visones (“mink”, en inglés) y algunas especies de primates, como gorilas y orangutanes.

Lo interesante es que estos animales, al igual que los humanos, tienen una parte de sus células en común, el receptor ACE2, por el cual el virus invade las células.  

El receptor ACE2 es necesario para ser infectado, pero los perros no lo tienen. Aún así, hay perros que han resultado positivos en pruebas de COVID-19. Esto sucede por dos posibles razones: la primera es el tipo de prueba que se usa, la PCR, también conocida como molecular. Esta prueba es bien sensitiva y puede reconocer el virus en minúsculas cantidades, esté vivo o muerto. Por lo tanto, un positivo en un perro no significa que está infectado, sino que ha estado expuesto al virus en algún momento.

La segunda posible razón es que el perro sí tenga el virus, aunque solo ha habido un caso en Tokio y hasta ahora es la excepción. Este caso es único porque el perro resultó positivo en varias pruebas y desarrolló anticuerpos contra COVID-19, por lo cual se confirma el diagnóstico.  En ambos casos el contagio fue de humano a perro. 

A diferencia de los perros, los gatos son susceptibles al virus y tienen el potencial para desarrollar síntomas. 

La mayoría de los gatos infectados son asintomáticos; aunque se han reportado gatos con fiebre, pérdida de apetito, estornudos, toz y dificultad respiratoria. Según una noticia de España, hubo un gato que falleció luego de infectarse con el virus y tener complicaciones cardiacas preexistentes. Sin embargo, un porcentaje alto de los gatos infectados se recuperan sin intervención veterinaria. Al igual que los perros, el método de contagio más común es de dueño a mascota. 

Se ha evidenciado que los animales deben tener contacto prolongado con una persona infectada para contagiarse y luego lo pueda propagar a otros animales y/o humanos. Esto se ha confirmado en gran escala en granjas de visones. Estos se crían a gran escala para la producción de abrigos y otras piezas invernales.

En los Países Bajos el problema de los visones infectados se originó con un granjero asintomático que transmitió el COVID-19, ocasionando que el virus se propagara entre los animales; incluyendo gatos de áreas cercanas. Debido al riesgo de infectar a gatos o visones salvajes, los Países Bajos han sacrificado a todos estos animales. Otros países se han enfocado en aumentar bioseguridad en las fincas. 

Al igual que los granjeros de visones, nosotros debemos enfocarnos en la prevención, tomando medidas más estrictas para controlar el virus. Los animales domésticos y salvajes pueden ser portadores del COVID-19, pero solo si han sido expuestos a una persona contagiada. 

Nosotros somos responsables del contagio hacia nuestras mascotas. Por lo tanto, debemos de aislarnos lo más posible, en caso de contraer el virus, para evitar que se contagien. 

Para concluir, el COVID-19 es, sin duda, un virus de humanos, pero tiene potencial de infectar a otras especies. De los animales que, al presente, se han infectado o tienen posibilidad de infectarse, los visones y los gatos son los más susceptibles, ya que tienen el receptor ACE2 en sus células. El mayor problema de estos animales infectados es que pueden vivir salvajes y ser un foco de infección en el futuro.

Lo mejor que una persona con COVID-19 puede hacer es simple y ya la sabemos: aislarse con el menor contacto posible con otras personas o animales. La ciencia, en su investigación, continúa aumentando las pruebas y el rastreo del COVID-19 en animales y el rol que juegan nuestras mascotas. 

Bibliografía

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