“si no han tenido esa oportunidad, considérenlo y, una vez lo hagan, ¡yo les aseguro que no se va a arrepentir! Yo escucho a la gente que no quiere tener un perro porque no quieren sufrir cuando estos mueran, pero, todos, en un momento dado, nos vamos a morir, porque esa es ley de vida. Tener un perro es una bendición”

Este mes, el actor y comediante Noland Otero, conocido por su participación en el show televisivo Raymond y sus Amigos, nos abre las puertas de su hogar, donde junto a su compañero, Cristian De Mattia y cuatro de sus cinco perros, nos dieron la bienvenida. Su quinta mascota, Mafalda, se encontraba en proceso de cruzar el arcoíris.

El amor de Noland por los animales, en especial por los perros, comenzó desde su niñez, ya que tuvo la bendición de tener una tía que los amaba y cuidaba.

“A Tía Vicenta le gustaban los chihuahuas y, siempre que iba a su casa, me encantaba, porque tenía más de 15 perros y era un ejemplo ver con el cariño y el amor con que ella los manejaba”, comenta Noland, para agregar que recuerda como hoy el día en el que su tía le dio una sorpresa al regalarle una perrita para que comenzara a tomar responsabilidad. “En ese momento, comencé a sentir un amor especial por los perros”, afirma. Curiosamente, aunque explica que su mamá no solía ser muy consentidora, sí le permitió tener varios animales en la casa, entre ellos pájaros, pollitos, conejos y otros.

“De esta forma, me dio la oportunidad y nunca me limitó a dejar de tener el contacto con los animales. Así que, según fui creciendo, aumentó mi amor por ellos, por lo que siempre ha habido una mascota en mi vida”, resalta el actor, quien, por su amor por las mascotas, comenzó a realizar rescates, buscando la mejor manera de proteger a aquellos animales abandonados a su suerte.

Aunque, a lo largo de su vida, Noland ha tenido muchas mascotas, actualmente tiene cinco y todas son rescatadas.

“Mafalda fue rescatada desde que tenía trece días de nacida. Vino con muchas complicaciones, pero aun así pude echarla hacia delante. ¡Mafalda es puro amor!”, exclama, mientras cuenta que, entre las 9:30 y 10:00 de la noche comenzaba a llorar para que le prendieran el acondicionador de aire del cuarto y le arreglaran la cama. “¡Hasta que no se hacía, no nos dejaba quietos!”, recuerda con cariño.

Luego, habla de Luna. “Esta fue lanzada desde un vehículo en una bolsa a la carretera, yo pasaba y vi cuando la tiraron y la recogí. En la casa la llamamos ‘la despistada’, porque pienso que el golpe que recibió cuando la tiraron le hizo perder un poquito la memoria”, analiza, para, acto seguido, mencionar a Clarita.

“Clarita es una perrita muy temerosa. Cuando la rescaté, tenía mucha inseguridad. Las personas y los perros la ponen muy nerviosa, pero, a la vez, es una perrita muy cariñosa”, cuenta este “papá” protector, para hablarnos de Mora.

“Mora llegó a mí de una manera y en un día especial. Estaba, como quien dice, ‘premiada’ (embarazada), pero, sin pensarlo, la trajimos la casa e hicimos todas las diligencias para saber, más o menos, cuántos perritos iba a tener”, describe.

“Para mi sorpresa, parió ocho perritos, aunque, lamentablemente, fallecieron dos. Pasé por el proceso de echarla hacia delante con sus seis crías y logramos ubicar a sus bebés con diferentes familias. Yo describo a Mora como la cuidadora, la brava de la casa, es la que, de una manera u otra, está muy pendiente a nosotros y a sus hermanas”, dice con emoción, el comediante, para contar cómo llegó su quinto perro, Thiago, a sus vidas.

“En octubre del 2020, con todo esto de la pandemia, rescaté a Thiago, el primer macho que vive en casa, ya que siempre ha tenido hembras como mascotas. Aunque antes había rescatado perros, siempre les encontraba hogar de inmediato, pues las personas prefieren adoptar machos en vez de hembras”, comenta.

Cuando rescató a Thiago, Noland estima que, posiblemente, tendría unos tres o cuatro meses. Lo describe como “el bebé de la familia, el machazo, ya que quiere dominar a todas las niñas de la casa, pero ellas no se lo han permitido. Al ser tan pequeño, ha tenido que sobrevivir con todas ellas”, afirma el también empresario.

Para Noland, la parte más difícil cuando se tiene mascotas es, sin duda, es cuando la gente no entiende la preocupación que puede sentir por ellas, no le dan valor a esta experiencia y le critica por tener cinco perros.

“¿Cómo me manejo con los perros? ¡Yo lo manejo de lo más bien! Prefiero manejar a un perro que manejar a una persona, porque los perros son obedientes, son muy inteligentes y te responden como amo. Para mí, lo más difícil de tener una mascota es que la gente se meta en lo que no le compete, honestamente”, dice con una sinceridad apabullante.

A pesar de todo, el día a día con sus mascotas en casa no deja de asombrar a Noland, pues señala que sus mascotas son muy sensibles y que, por ejemplo, cuando hay un temblor, parecen percibirlo aún antes de que ocurra. “Es sorprendente, porque no ha ocurrido todavía y ellas ya están corriendo hacia la salida del apartamento anunciando como que algo esta pasar”, comparte.

También cuenta que cuando va a bañarlas “hay una que siempre está pendiente y si ve que yo agarro las toallas, se los anuncia, no sé como a los demás, y cuando voy a buscarlos, no aparecen; todos están escondidos y se me hace un poco difícil hacer la tarea de bañarlos”, comenta con humor. Añade que, cuando se van de fin de semana, tiene que hacer el bulto de sus querendones de último momento, porque, “si lo hago temprano en la mañana, no tengo vida, porque se pasan llorando, gritando y corriendo con desesperación hacia la puerta, listos para irse”.

Sin embargo, “una de las cosas más hermosas es cuando llega la [época de] Navidad y monto el árbol, pues están muy pendientes porque yo les pongo juguetitos, pero les advierto que no pueden tocarlos, ¡y así mismo es! También pongo una cajita debajo del árbol días antes de la Navidad ahí les pongo juguetes”, comenta sobre la tradición que ya ha establecido con sus cinco peludos.

¿Se imagina sin sus mascotas? “¡Difícil! Me llenan mucho. Ellas son mi vida y mi motor. No me imagino sin mascotas, pues, desde niño, siempre he tenido perros y no me veo… ni tengo idea, sin ellas. Por el contrario, siempre pienso en el futuro y en tener una casa más grande con patio y poder tener más [mascotas]”, afirma.

 A quienes están considerando tener una mascota, Noland les recomienda que se den la oportunidad.

“¡Es maravilloso! Se van a llenar de mucho amor, pues van a tener a su lado a un animal fiel que los va a acompañar en los momentos buenos o malos y que siempre va a estar ahí para ustedes”, destaca, para agregar que “si no han tenido esa oportunidad, considérenlo y, una vez lo hagan, ¡yo les aseguro que no se va a arrepentir! Yo escucho a la gente que no quiere tener un perro porque no quieren sufrir cuando estos mueran, pero, todos, en un momento dado, nos vamos a morir, porque esa es ley de vida. Tener un perro es una bendición”, finaliza diciendo contundente.