Por Dr. Ricardo Fernández
Presidente del Colegio de Médicos Veterinarios de Puerto Rico

Recientemente, el uso del cannabis medicinal se ha extendido hasta las mascotas como una alternativa para el tratamiento del dolor y la inflamación, entre otras condiciones. Esto plantea algunas interrogantes a considerar antes de aplicar este tipo de producto para paliar algunas afecciones caninas. 

Generalmente, en la medicina veterinaria se administran, recetan o se recomiendan productos con la intención de prevenir, mitigar, tratar o curar una enfermedad o afección. Dentro de la gama de medicamentos para los animales, en particular, de aquellos que hacen afirmaciones de propiedades terapéuticas, no se recomienda su uso, si no han sido evaluados y aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos federal (FDA, por sus siglas en ingles). 

Los medicamentos para animales no aprobados se consideran “inseguros” según la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos de Estados Unidos (FDCA, por sus siglas en inglés) porque no se ha demostrado que cumplan con los estándares de seguridad y eficacia de la FDA para su uso previsto. 

El proceso de aprobación de la FDA determina el funcionamiento de los medicamentos, recomienda las dosis adecuadas para su efectividad, [advierte] sobre su interacción con otros medicamentos y si tiene efectos secundarios peligrosos u otros problemas de seguridad. 

Actualmente, no existen medicamentos derivados del cannabis aprobados para su uso en animales. Los medicamentos para animales, generalmente, deben recibir la aprobación previa a la comercialización por parte de la FDA a través del proceso de Solicitud de Nuevos Medicamentos para Animales (NADA, por sus siglas en inglés). La fabricación, la comercialización y la venta de medicamentos en el comercio interestatal que no hayan sido aprobados por la FDA es una violación de la ley federal. 

El uso de medicamentos no aprobados puede poner en riesgo a los pacientes y puede crear un riesgo legal para los médicos veterinarios que los administran, prescriben, dispensan o recomiendan, porque la FDA no ha evaluado su eficacia y seguridad. El riesgo puede aumentar cuando los tratamientos aprobados están disponibles y no se utilizan, o cuando los pacientes para los que se han administrado, recetado, dispensado o recomendado los medicamentos no aprobados se ven afectados negativamente, ya sea por efectos secundarios o fallas del tratamiento. 

Siempre es importante consultar con el médico veterinario antes de comenzar cualquier medicamento nuevo o suplemento para tu mascota. 

Para más información, llama al Colegio de Médicos Veterinarios de Puerto Rico al 787-520-0237 o accede a www.facebook.com/CMVPR.