El camaleón de Jackson, científicamente denominado Trioceros jacksonii, cautiva por su similitud con el tricerátops, ya que, al igual que este dinosaurio, posee tres cuernos, lo que inspira su nombre: “tri” por tres y “ceros” por cuernos.

Estos camaleones, de tamaño mediano, presentan longitudes que oscilan entre 7 y 14 pulgadas, variando según la subespecie a la que pertenezcan. Por lo general, los machos son más grandes y se distinguen por sus tres cuernos frontales, a diferencia de las hembras que son mas pequeñas y no poseen cuernos.

Su coloración, típicamente vibrante, puede cambiar en minutos, reflejando su estado de ánimo, salud, o temperatura ambiental, más allá del simple camuflaje.

Habitando los bosques y sabanas arboladas de Kenia, Uganda y el norte de Tanzania, al este de África, el camaleón de Jackson esquiva a sus depredadores, gracias a su habilidad para cambiar de color y a su singular modo de desplazarse, ya que calcula cada paso y utiliza sus dedos como pinzas, ayudado por su larga cola prensil.

Se reconocen tres subespecies de Trioceros jacksonii:

Trioceros jacksonii jacksonii

Trioceros jacksonii merumontanus

Trioceros jacksonii xantholophus

Longevidad: En comparación con otros reptiles, estos camaleones tienen una vida relativamente corta. Los machos pueden superar los nueve años en cautiverio, mientras que las hembras viven entre cinco y seis años. Alcanzan la madurez sexual a los nueve meses, posicionándolos entre los camaleones de mayor longevidad en comparación con otras especies.

Cuidado en cautiverio: Contrario a la creencia popular de que son difíciles de mantener, los camaleones de Jackson criados en cautividad, provenientes de criaderos de confianza, son bastante resistentes con un cuidado adecuado y un hábitat apropiado.

Preparación del terrario: Debe evitarse colocarlo bajo luz solar directa por tiempo prolongado o exponerlo a corrientes de aire. Dado su carácter arbóreo, es recomendable un terrario vertical más que horizontal, con dimensiones sugeridas de 24” x 24” x 48”, consideradas ideales para su alojamiento a largo plazo.

Es crucial limpiar regularmente el material del suelo y cambiarlo por completo al menos una vez al mes. También se deben incorporar rocas y ramas, reales o artificiales, asegurando que sean firmes y de un diámetro ligeramente mayor al agarre de sus patas y cola. La temperatura diurna debe oscilar entre 61 y 81 °F, y la nocturna entre 39 y 64 °F.

Alimentación: Son insectívoros por naturaleza y poseen un fuerte instinto de caza, rechazando animales muertos. Su dieta debe incluir al menos tres tipos de insectos diarios como grillos, cucarachas, gusanos de harina y zophobas, y gusanos de cera, complementados con calcio cada quince días.