Les presentamos a A.J., una mezcla de Golden Retriever y Hound que vive en Orlando, Florida, con sus padres Ángel y James, quienes decidieron llamar a su mascota utilizando las primeras letras de sus nombres para que tuviera algo único y simbólico.
Ángel Rosario, natural de Carolina, Puerto Rico, explica que la llegada de A.J. fue inesperada, aunque él y su pareja deseaban tener una mascota.
“Llevábamos varios años preparándonos, pero, cada vez que íbamos a los centros de rescate en busca de una mascota, no sentíamos esa conexión con ninguno de los animales” y es que, para ellos, se suponía que su mascota ideal fuese un perro pequeño, y A.J. es todo lo contrario a lo que andaban buscando.
“Luego de varios años buscando a nuestro perro ideal, una amiga nuestra necesitaba vacunar a su perro y nos pidió que la acompañáramos a un centro de adopción así qué y fuimos con ella, ya que nos encontrábamos aquí, Decidimos dar un vistazo a los animalitos que tenían y fue ahí cuando vimos a ese cachorrito, y quedamos enamorados, sentimos una conexión instantánea, y decidimos adoptarlo de inmediato. Las cosas pasan por una razón y en ese momento nos percatamos de los afortunados fuimos”, señala Ángel, mientras agrega que “terminamos adoptando a un perro totalmente diferente al cual teníamos en mente… de un tamaño pequeño, terminamos con uno gigante y con bastante energía”, señala divertido.
Sin embargo, la parte más difícil de tener a A.J fue volverlo a su rutina, luego de haber pasado cuatro semanas con nosotros debido a cuarentena, pues se acostumbró a estar con nosotros 24/7, y cuando regresamos a nuestros trabajos su rutina cambió por completo, relata Ángel, quien comenta que “ahora, cada vez que salimos a trabajar A.J. comienza a llorar. También ha sido muy difícil dedicarle tiempo, ya que nuestras jornadas de trabajo se han prolongado más debido a la pandemia y no podemos pasar mucho tiempo con A.J.”, acepta con un poco de pesar.
“Eso nos entristece mucho, ya que él una parte esencial de nuestra familia y es bien doloroso y bastante difícil pensar no verlo en nuestros futuros planes, ya que A.J. no es una mascota, sino un miembro más de la familia Rosario Guin”, concluye diciendo Ángel.