“Una mascota es como tener un hijo y hay que tratarla como tal. Yo no tengo hijos humanos, pero tengo dos hijos de cuatro patitas a los que amo como a mi vida. No adopten si no están seguros por que sería tris- te que después de adoptar, terminen devolviéndola o abandonándola a su suerte en la calle. Le harían tre- mendo daño, pues esos animalitos sufren, sienten y padecen, igual que un ser humano”
Inteligente, cariñosa, juguetona, tranquila y obediente… así es Dora una gatita Siamesa que vive en Naguabo, Puerto Rico, junto a su dueña Irma I. Colón, quien asegura que su mascota es tan especial que casi le habla.
Dora vive con Irma hace poco más de dos años, está esterilizada, vacunada, y vive dentro de la casa como toda una princesa.
“Solo sale a la marquesina, que es cerrada, donde le tengo una torre en la cual se trepa, juega, duerme y puede ver hacia afuera a través de un portón que tiene tela metálica. Se entretiene y entiendo que le gusta estar ahí porque pasa bastante tiempo en ese lugar”, afirma Irma, al comentar que Dora tiene juguetes y otra torre dentro de la casa, así como dos fuentes de agua, una en el área del comedor de la casa y otra en su habitación, donde en un área también tiene su caja de arena para hacer sus necesidades biológicas.
“En otra esquina tiene sus platitos de comida y agua. Come comida seca libre de granos y le doy vitaminas y suplementos de aceite de salmón para mantener su salud y su pelo en condiciones óptimas. La baño con champú en seco porque se me hace difícil bañarla bajo el grifo de agua, pues se pone demasiado inquieta y no quiero obligarla”, explica Irma, mientras comparte que adoptó a Dora, luego de haber perdido a otra gatita que murió envenenada.
Llegó a su vida gracias a un anuncio en internet, a través del cual una persona del pueblo de Bayamón la estaba dando en adopción cuando tenía solo tres meses.
“Dora definitivamente cambió mi vida. Ella llenó el vacío que me dejó mi otra gatita, pues sufrí mucho, y es una de mis razones de vivir. Lo más reconfortante es que cuando me siento triste por alguna razón, ella está conmigo siempre, me busca, se acuesta en mi falda y me da cariño”, dice con conmovida Irma, quien asegura que la crianza de una mascota no es difícil si se tiene desde temprano, pues es más fácil entrenarla, ya que aprenden rápido.
“En mi experiencia ha sido así y tengo dos gatitos, con los dos me ha ido muy bien”, enfatiza.
Aunque sabe que las mascotas requieren de mucha atención y son una gran responsabilidad, pues hay que llevarlas al veterinario para sus chequeos rutinarios y poder mantenerlas saludables y felices, está segura de que una persona que tenga un presupuesto para darles las atenciones y los cuidados necesarios las puede tener sin ningún tipo de inconvenientes.
“De lo contrario, no debe tenerlas, si no puede darles los cuidados necesarios”, enfatiza, a la vez que señala que, en los últimos años, ha observado un cambio en la forma de pensar de algunas personas sobre las mascotas y que ha visto cómo muchas, a quienes antes no les gustaban los animales, han adoptado y se han convencido de que tener una mascota es algo especial.
Irma les aconseja a los lectores de Boripet que, antes de adoptar a una mascota, se aseguren de que realmente la quieren y que cuentan con un presupuesto para invertir en ella porque requerirá de muchos cuidados tanto veterinarios, como en el hogar.
“Una mascota es como tener un hijo y hay que tratarla como tal. Yo no tengo hijos humanos, pero tengo dos hijos de cuatro patitas a los que amo como a mi vida. No adopten si no están seguros por que sería tris- te que después de adoptar, terminen devolviéndola o abandonándola a su suerte en la calle. Le harían tre- mendo daño, pues esos animalitos sufren, sienten y padecen, igual que un ser humano”, finaliza diciendo.