Por: Zamaris Rodríguez Suárez
Comunicadora / Locutora radial
CEO ZR Media / CEO Coach
La conocida actriz y locutora Yamaris Latorre nos relata complacida y emocionada cómo Pelusa, su maestra del amor incondicional, llegó a su vida. Pelusa es una perrita rescatada de la raza schnauzer conquistó su familia con una mirada tierna, una colita activa y una enseñanza de vida de amor incondicional.
¿Cómo fue este encuentro entre Pelusa y tú?
Pelusa es el San Valentín de esta familia, ya que la trajimos a casa un 13 de febrero, un día antes de San Valentín. En honor a eso, celebramos su cumpleaños ese día como una fecha simbólica del volver a nacer para entregar un regalo de amor, aunque fuimos nosotros los que recibimos el regalo mayor. Ahí está la enseñanza del dar y recibir, esa balanza de amor que es ella, quien nos muestra cómo se equilibra día a día.
¿Cómo tomaste la decisión de darle un hogar a un perro rescatado?
Yo estaba lista para adoptar porque mi hijo Ignacio hace tiempo que quería un perrito y queríamos darle una oportunidad a un perro sin hogar. Pero, para mí, era importante que todos en la casa estuviéramos alineados y fuéramos responsables con su cuidado. Mi esposo aún no estaba totalmente convencido porque nunca había tenido un perro, pero llegó el momento y mi querida amiga Suzette Bacó me llama y me dice: “amiga en la oficina del veterinario Casta hay una perrita que te va a encantar. Una muchacha la rescató de la calle y en este momento está lista para irse”. Sin pensarlo, fuimos a buscarla y fue amor a primera vista. Eso sí, tengo que decir que cuando llegó a casa era temerosa y nerviosa, pero poco a poco fue confiando y ahora es feliz y juguetona. Lo más increíble es que, ahora, el que no sabía si quería perros, la adora y se pasa con ella. Yo hasta le tomo fotos juntos todo el tiempo’’, dice entre risas y llena de emoción, refiriéndose a la relación de Pelusa con su esposo, Francisco Moris.
¿Qué aprendizaje te llevas del proceso de ofrecer un hogar a una mascota que estuvo en la calle?
En Puerto Rico tenemos tremenda crisis de animales en las calles y los albergues están llenos. Veo muchas personas poner la mirada solo en razas, y yo soy pro-adopción. Se habla de que adoptar es un regalo que nosotros les damos, pero adoptar es un regalo de amor que uno se hace a uno mismo. Estos animales vienen a enseñarnos tantas cosas bellas… ellos se conforman con tan poco y uno tan insatisfecho en la vida.
¿Como te gustaría que fueran vistos los animales?
Ojalá dejáramos de ver a los animales como una cosita que le añade algo a nuestro entorno familiar y podamos verlos de forma espiritual, pues son maestros que vienen a enseñarnos algo como esa búsqueda de amor continuo, la lealtad, la perseverancia de cómo ellos luchan cuando están enfermos y hasta le mueven el rabo a uno y ellos tumbados en la enfermedad; y la balanza del dar y el recibir para mirarnos en nuestro espejo. No es que humanizamos a nuestros perros, ellos nos humanizan a nosotros. Hay que estar alerta para percibir esas enseñanzas que nos regalan todos los días.
¿Qué aconsejas para adoptar?
El compromiso es vital. La gente no entiende que esto es como tener a un hijo y que tienes que aceptar a ese ser viviente para acompañarle el resto de su vida, aún dentro de las dificultades, errores y la vida agitada que llevamos. Es un juramento como cuando te casas y el mismo aplica a las mascotas. Me choca cuando la gente dice: “me tengo que mudar y no me lo puedo llevar”, o cuando les molesta porque interrumpen sus rutinas o viajes. Veo cómo relegan a esa mascota a un segundo lugar, como si fuera un obstáculo, pero es una necesidad cuando quieres que alguien te dé cariño y ahí es donde viene mi punto, que esto es como un matrimonio, tienes ese perrito y tienes que estar en todo, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, no para unas cosas sí y otras no. Es importante entender ese compromiso. Implica que estés ahí para esa mascota, para que no pase un doble proceso de abandono.
¿Qué ves en los animales a nivel espiritual?
Los animales son seres enviados para darnos una lección. Obsérvalos, mira el mensaje y la enseñanza que tienen para ti.
¿A quién es más apegada Pelusa?
Por más que peleen en casa, yo soy la líder de la manada, así que a mí. Pelusa es mía.
Con esta última aseveración Yamaris se ríe pícaramente, enfocada en ese sentido de pertenencia de una madre perruna, llena de amor que consideró la adopción para ofrecer una oportunidad de vivir, siendo ella y su familia quienes recibirían el mayor impacto de lealtad, amor, agradecimiento y aprendizaje. San Valentín, sin duda, los flechó.
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