Por Ramón González
Pets Photography Studio
En sus comienzos, las redes sociales se diseñaron para compartir información entre agencias del gobierno con la creación de Arpanet, a principios de la década de 1970. Esto dio paso al desarrollo de páginas como My space, la cual marcó el inicio de las redes sociales como las conocemos hoy día.
Es un hecho que las redes sociales llegaron para cambiar por completo la forma en que interactuamos y socializamos. Primero, las utilizábamos para conectar con nuestros seres queridos y seguir a nuestras figuras públicas favoritas como cantantes y actores. Hoy día son nuestra primera fuente de referencia y hasta el lugar donde hacemos nuestras compras en línea.
La llegada de los influyentes o, como se conocen popularmente, influencers, a este terreno ha creado una forma distinta de conectar con la audiencia, al igual que en la forma de ver y interactuar en las redes sociales. Estas son personas que se destacan en una red social, creando una comunidad de seguidores a quienes dan su opinión sobre diversos temas, productos o servicios. Sus vídeos en Tik Tok, los Reels y las historias en Instagram buscan llenar nuestros días de risas, cosas curiosas y entretenimiento personalizado e interactivo.
Con el constante crecimiento de esta modalidad, los influencers desarrollan su marca personal y crean contenido de calidad para conectar con sus seguidores, con el fin de mantener una credibilidad. Esto les ayuda a monetizar sus plataformas y a conseguir auspiciadores. Son muchas las marcas que utilizan a estos influencers para promover y posicionar sus productos en cuentas que se dirigen a nichos o audiencias específicas.
La llegada de los petfluencers
La industria de las mascotas ha crecido de forma exponencial en los últimos diez años. Las mascotas domésticas como los perros, dejaron de ser perros de patio y se han integrado a la rutina del hogar. Las cuentas en Instagram de mascotas no se hicieron esperar, como Grumpy Cat, unos de los petfluencers pioneros, que, con más de 2.5 millones de seguidores en su cuenta de Instagram, marcó la tendencia de esta nueva modalidad.
Si hay tienes dudas, ¡solo échale un vistazo a tus redes sociales y verás que los petfluencers se están quedando con estas! Algunos muy famosos son Doug the Pug, que cuenta con 3.9 millones de seguidores. También están: Hamlet The Piggy, Juniper Foxx y Dolly Pawton, entre muchos otros, lo que le ha abierto camino a la creación de agencias de talento para mascotas y hasta programas como Pet Stars, en Netflix; y Pooch Perfect, en la cadena ABC.
A nivel local, nuestros petfluencers no se quedan atrás. Son muchos los que en sus cuentas realizan reseñas de lugares pet-petfriendly, ropa, accesorios, servicios y más.
Para Wilmarie, quien es la mamá de @gaia_thedoodle, un talento representado por la agencia Pawnecting, ser una petfluencer les ha dado una oportunidad de conectar y concientizar de forma positiva a todos los que los siguen.
“Nos permite promover el respeto y el amor por los animales y crear conciencia de sus necesidades”, puntualizó.
Por su parte, para Rolando, papá de Kayden y Scarlet de @tropicalafghans, un talento representado por The Pet Agency, “ser petfluencers nos permite aportar a la sociedad, participando de campañas de concientización social en contra del maltrato animal y otros problemas sociales; nos permite usar las plataformas para recaudar fondos para organizaciones sin fines de lucro y, lo más importante, educar a las personas [en cuanto a] que nuestras mascotas merecen respeto y que podemos integrarlas en nuestro diario vivir”.
Esta modalidad llegó para quedarse y alegrar nuestros feeds y muros con sus ocurrencias. Vemos cómo el humano y las mascotas se complementan, y se unen con un mismo fin: el de entretenernos, educarnos y crear conciencia.