Agapornis es el nombre científico de las aves que conoces como “pájaros del amor” (ágape – amor; ornis – pájaro) o “lovebirds”, en inglés. Nativos de África, reciben este nombre por su monogamia y el fuerte vínculo que establecen con sus parejas.
Estas pequeñas aves, que son exóticas y muy coloridas, pertenecen a la familia de los loros y pueden llegar a vivir entre 10 y 15 años. Además, suelen ser bastante cariñosas y amistosas, tanto con su misma especie como con los seres humanos. Así lo ha comprobado Alexa Rivero, quien vive en Carolina junto con sus abuelos, Carlitín y Pilar.
En su cumpleaños número 17, sus abuelos le regalaron un “lovebird” con cara de melocotón al cual llamó Miko. Este ya tenía 2 meses, lo que, definitivamente, hizo el proceso de entrenamiento y de establecer un vínculo fuera más difícil y largo.
“Durante este tiempo, Miko ha traído alegría a mi vida y también he aprendido sobre responsabilidad, y acerca de cuidado de las aves, que antes no sabía”, explicó Alexa, quien recordó que, durante los primeros meses en los que su “lovebird” estuvo en la casa, este era muy arisco y le tenía miedo a todo.
“Las primeras semanas de convivencia, fue importante marcar la zona de la casa en la que se iba a mover. Al principio solo estaba en mi habitación, para conocernos mejor y ver cómo Miko reaccionaba y se acostumbraba a mí. Poco a poco, pude aumentar las zonas de la casa en las que podía estar suelto”, explicó la joven, al advertir que, a la hora de soltar a estas aves, hay que tomar una serie de precauciones para evitar que se escapen, ya que no tienen el vuelo cortado (las plumas largas de las alas cortadas). En su caso, Miko se encuentra suelto y vuela por toda la casa, porque no está enjaulado.
“A Miko le gusta volar y jugar con todos, aunque su lugar favorito es la cocina. Sin duda, es un ave muy inteligente y divertida, a la que le encanta jugar con todo el mundo, tanto con los que vivimos en la casa, como con los visitantes. Cuando coge confianza, vuela sobre ellos en busca de juego, ya que es un ave muy curiosa”, dijo, orgullosa, Alexa.
Al hablar sobre el cuidado de un ave como mascota, Alexa fue enfática en que, si no eres capaz de prestarle suficiente atención y amor, y ser responsable de tu mascota, es mejor no tener una todavía.
“Tienes que estar pendiente de su salud, pues se pueden enfermar fácilmente. Al igual que cualquier animal doméstico, debe tener una rutina para comer y para dormir. Con tu pájaro debes hacer lo mismo, así estará más tranquilo. Aunque, ¡ya sabes, toda precaución es poca!, afirmó Alexa, para señalar, finalmente, que “Miko se ha convertido en mi mejor amigo y compañero de juego. ¡Yo no me imagino mi vida sin mi hermosa ave!”.