Cuando Bowie llegó a las vidas de Cristina Trucco y su esposo, Eduardo Trucco, tenía solamente seis meses. “Llegó mediante una reubicación de hogar, [pues] su hermano mayor le arrancaba las plumas de la cola y esto fue causa suficiente para buscarle un nuevo hogar”, contó Cristina, al comentar que ya ellos estaban deseosos de adoptar un ave y “cuando menos lo esperaba, mi esposo me sorprendió con Bowie como regalo de Navidad”, dijo visiblemente emocionada.
“Aún recuerdo su llegada: estaba sucio, con las plumas alborotadas y lleno de miedo. En ese momento, supe que quería darle tranquilidad, vida y espacios abiertos. Desde ese entonces, Bowie ha engordado, se ha puesto fuerte y aumentó el largo de su cola”, comentó con orgullo y satisfacción, sobre el ave que proviene de una camada de dos guacamayos azul y dorado (“Blue and Gold Macaw”).
Si bien, el proceso de entenderse ha sido dificultoso, Cristina aseguró que el vínculo que han logrado establecer con Bowie ha sido una de las experiencias más increíbles. “Él no nos eligió, porque la familia, como todos sabemos, no se elige. Pero, nos aceptó en su bandada con mucho cariño y él es quien cuida de mí. Es un inquieto, pero nos quiere, y nosotros a él”, aseveró Cristina, al afirmar que el amor de una mascota puede cambiar las vidas no solo de ellas, sino también de quienes las cuidan.
“A veces, a las personas les pasan cosas malas y el amor las resucita. Sé lo que significa amar una mascota, que es parte de la familia, y lo terrible, en mi caso, de perderla. Me explico, después de que falleció la mascota familiar, Luna, Bowie llegó a mi vida. ¡Es un guacamayo ‘adoptado’, pero, cada día, me salva un poco más! Le debo todo. ¡Qué estúpidos somos cuando pensamos que es al revés!”, exclamó con convicción.
Para Cristina, tener un ave como mascota cambia la vida por completo, ya que implica comprender sus necesidades. Debido a que no es una mascota usual, el proceso de aprendizaje es más complejo “y hay que asumir esa responsabilidad con gusto”, destacó, para enfatizar que “es importante educarse para entrenarla, lidiar con sus caprichos, ruidos y, sobre todo, desarrollar en ella un sentido de amor que quizás le hacía falta en su hogar anterior”. Sin embargo, recalcó que este tipo de mascota no es para todo el mundo. “Es un gran reto que hemos querido asumir con mucho amor. Lo más dificultoso, pero crucial, es entender el valor de la rutina para las aves, pues, al final del día, todo es cuestión de ritmo”, dijo.
El matrimonio Trucco ha tenido muchos momentos felices desde que Bowie su unió a la familia. Para Eduardo,comenzaron el día en que llegó a sus vidas, pues considera que “todo ha caído en su debido lugar” y, a menudo, comenta que nunca olvidará el primer día que Bowie, voluntariamente, se trepó en su brazo para compartir.
Para Cristina, “fue la primera vez que lo sacamos al exterior y lo llevamos de paseo a la playa. Lo vi desenvolverse y sentirse libre por primera vez. Me emocionó mucho. Comenzó a recitarnos su libreto usual de palabrerías aprendidas en la casa y disparates, y empezamos a reírnos a carcajadas. Era el mejor día de su vida, se le notaba. Juro que lo vi reír”, describió contenta, y agregó que, “desde ese momento, deseé que viviese a plenitud y me propuse llevarlo conmigo a todos sitios; compartir su majestuosidad con los demás y dejarlo impreso en la memoria del que quiera acercarse a verlo. Hoy hablo de él, para esta entrevista, y no sabes lo feliz que me siento de saber que aparecerá ante los ojos de todo el que la lea”.
Al mencionar que la crianza de un ave es sumamente complicada, expresó que, “básicamente, necesitan los mismos estímulos que necesita un niño. También hay que hablarles con un vocabulario reducido. Al ser animales exóticos, no domesticados y considerados salvajes, son muy bravos, voluntariosos y temperamentales. Yo disfruto utilizar la capacidad del lenguaje que ellos poseen. Luego comienzan a entender la definición detrás de las palabras y a utilizarlas en contexto para comunicarse”, explicó.
También mencionó que los guacamayos se apegan mucho a su hogar y ser reubicados una y otra vez les duele mucho. “Son animales que funcionan bajo bandadas (su grupo familiar) y, hasta cierto, nivel tienen que seleccionarte para que seas parte de esta. Son de una persona en particular. Por ejemplo, Bowie es muy apegado a mi esposo. ¡Sé que jamás veré una relación más hermosa como la de ellos dos!”, destacó.
Cristina afirmó que el cambio en el sentir y el pensar sobre las mascotas es palpable. “Día a día, nos damos cuenta del intelecto, no solo mental, sino emocional que poseen. Los animales pueden mostrar amor, compasión, lealtad y, en muchas ocasiones, demuestran las características que los humanos deberíamos aspirar a tener”, sostuvo, mientras afirmó que “poco a poco, la gente se va dando cuenta de que no son solo mascotas, sino compañeros o amigos de por vida. Inclusive, algunas especies, como los perros y los gatos, son permitidas en algunos comercios y establecimientos. También, existe la opción de certificarlos como animales de servicio que proveen apoyo emocional a sus amos”, comentó a modo de ejemplo.
Del mismo modo, aunque entiende que, en los últimos años, también se ha creado conciencia sobre el problema del abandono, el rescate y el maltrato animal, “es importante recalcar que todos los animales son buenos, los malos somos nosotros y nosotros les hacemos cosas malas a ellos, sin merecerlo. Los perros y los gatos proliferan en las calles por el abandono de sus antiguos dueños que, por diferentes motivos, los tiran o abandonan”, lamentó.
Añadió que, “como parte del cambio, el movimiento pro animal, la difusión de información, y las donaciones económicas y materiales, entre otras cosas, se ha logrado mucho. Hay miles de maneras, solo hay que querer. Lo que necesitamos es gente responsable que adopte y rescate con el corazón. Hay que salvar vidas y crear felicidad. Hay que luchar por ellos, cómo ellos lo hacen por uno”, recalcó.
A las personas que están buscando una mascota, Cristina les aconseja que tengan mucha paciencia y cariño, pues pueden desarrollar una amistad como ninguna otra. No obstante, recordó que “hay que ser realistas. Los animales actúan por instinto y un animal que no puede convivir en sociedad es porque, como un niño, no fue educado e instruido para hacerlo. Hay que educarse e informarse. Las mascotas no son un entretenimiento. Nos pueden traer una felicidad infinita, pero esta conlleva un precio. No debes buscar animales exóticos por capricho, moda, o decoración. Tener una mascota no es una obligación, sino un compromiso y si estás dispuesto a dicho compromiso, prepárate para un amor único”, finalizó diciendo, agradecida.