Desde niña, Marisol Santiago siempre fue una amante de los animales, en especial de las aves. De hecho, comenta que su primera mascota fue una paloma blanca que encontró mal herida en el patio de su casa.
“Mi mamá me ayudó a curarla y la adoptamos como nuestra mascota. Como no podría volver a volar, era libre por toda la casa. Ella despertó mi gran amor por las aves”, agrega Marisol, quien es natural de San Juan, pero reside en Gurabo.
Pero, su primer gran reto se dio cuando tuvo la oportunidad de tener un ave muy hermosa y especial: una cacatúa.
“Lo único que sabía era que eran gritonas y que había que dedicarles mucho tiempo, pero, aun así, me lancé a esta experiencia y decidí aprender todo lo relacionado a este animal en el camino. No fue fácil al principio, sin embargo, el amor todo lo puede y ya llevamos diez años juntos”, recuerda Marisol, al contar que este acto cambió su vida por completo. “No me arrepiento”, dice emocionada para describir como llega Chalupo a su vida.
“De una forma muy inusual, una tarde mi esposo me buscó a mi trabajo y me mostró una foto de una cacatúa Alba, a las que también se les conoce como Umbrella Cockatoo, ya que, cuando se sorprenden, alzan su cresta en forma de paraguas”, comparte divertida Marisol, al agregar que, en realidad, su esposo estaba buscando un perrito en los anuncios de venta de mascotas cuando vio la imagen de esa hermosa ave.
“Le dije, tú no tienes mucha paciencia y esos animalitos gritan mucho y hay que dedicarles mucho tiempo. Aun así, fuimos a verlo y la que terminó flechada fui yo… con sus hermosas plumas blancas, ¡fue amor a primera vista, pues hicimos una conexión increíble!”, dice, al señalar que todo parecía apuntar que a que el ave los hubiera estado esperando desde siempre.
“Recuerdo que me acerqué a su jaula y me dijo ‘baila’… yo comencé a reír y él rápido imitó mi risa, pero con un tono burlón y le dije a mi esposo: ‘me lo llevo’. La alegría de Chalu era increíble, iba por todo el camino dando saltos de alegría con su hermosa cresta alzada… eso no lo podré olvidar nunca”, repasa, al mencionar algunas de las cualidades de Chalupo, pues, ¡resulta ser que es todo un personaje!
“Chalu es alegre y muy divertido. Le encanta la música y es un excelente bailarín y cantante. También, le gusta que le tomen fotos, ama las gafas, las bandanas y los sombreros, y es por esa razón que hasta tiene su propia cuenta de Instagram”, explica, Marisol, mientras destaca que Chalupo disfruta de comer uvas verdes y pasa la mayor parte del tiempo fuera de su jaula, pues tiene su área de juegos en la casa, donde le encanta jugar con cajas de cartón hasta destrozarlas.
“También se divierte mordiendo sus juguetes de madera y esto es importante porque es de gran ayuda para el fortalecimiento de su pico y evita que le dé estrés, el cual puede ser muy malo para las aves y, muchas veces, los lleva muchas a arrancarse sus plumas”, explica Marisol.
Como todo un romántico, en las tardes, a Chalu le gusta disfrutar de la puesta del sol y es en esas horas cuando es más parlanchín y gracioso.
Si decides tener una cacatúa como mascota, Marisol recomienda cultivar la paciencia y adaptarse a sus gritos, que pueden ser ensordecedores. También debes conocer que estas aves son muy territoriales.
“Pobre de quien se acerque a su espacio porque tienden a correrlos a picotazos”, dice a modo de advertencia, para añadir que “hay que estar muy pendiente porque todo lo muerden, lo destrozan y, muchas veces, pueden terminar intoxicándose con metal y hasta con la pintura de las paredes, que puede ser peligrosa para ellos”.
Por otro lado, menciona que hay que asegurarse de que su veterinario sea especialista en aves y animales exóticos, ya que esto garantiza la mejor atención médica para estos animales.
Para Marisol, “lo más lindo de tener una cacatúa como mascota es que las personas nunca se sienten solas, pues es una excelente compañía, curiosa e imitadora y, cuando me siento triste, no tarda en sacarme una enorme carcajada para hacerme olvidar las tristezas”.
Para Marisol, Chalu, es la alegría de su hogar y, como suele ocurrir con quienes aman los animales, no imagina la vida sin él. “Es como mi niño con alas”, dice, para concluir diciendo a nuestros lectores que “si van a adoptar un animalito, lo primero que tienen que aceptar es que es un compromiso de por vida. Deben estar dispuestos a brindarles todo el amor y cubrir todas sus necesidades, incluyendo gastos médicos, y proveerles espacio”. Pero, para ella, más importante aún es brindarles el respeto que se merecen y no abandonarlos cuando lleguen a viejitos.