Para Jaime Caraballo, de Arecibo, Puerto Rico, la pasión por los animales, y especialmente por las tortugas, se remonta a su niñez y, aunque, al inicio, su primera tortuga fue acuática, siempre quizo tener una sulcata, una especie de tortuga de origen africano y cuyo nombre científico es Centrochelys sulcata.

De hecho, la sulcata es una de las especies más populares para los amantes de las tortugas y así lo confirma Jaime.

“Mi  primera tortuga fue acuática, pero no estaba conforme, porque siempre quise tener una tortuga de tierra. Pasó el tiempo hasta que conseguí a una persona que se dedicaba a criar tortugas y ahí que conseguí a Chester mi primera sulcata luego consigue a Tonka”, comenta, al añadir que, en ese momento, se enamoró de esta especie.

“Para mí, mis tortugas son especiales, porque son dulces y tranquilas”, dice Jaime, con admiración, a la vez que subraya que esta especie es bastante atractiva como mascota.

“Las tortugas sulcata crecen rápidamente y son las terceras más grandes del planeta. Esto me hace sentir más orgullo de tenerlas”, señala, para aceptar que sus cuidados son algo complicados y requieren de un compromiso a largo plazo.

 “Muchas veces, no tener el  tiempo por el trabajo me preocupa, ya que esta tortugas suelen tener un apetito enorme y, debido a esto. hay que mantener su hábitat limpio. Por eso, siempre trato al máximo de sus necesidades, para que estén saludables”, enfatiza, para destacar que “¡verlas felices es, sin duda, lo más importante!”, exclama, a la vez que explica que “cuando juego con ellas y me siguen, es una señal de que están bien”.

Como ha ocurrido con todos en la cuarentena debido al COVID-19, la vida y Jaime y el cuidado de sus mascotas se ha complicado un poco. Sin embargo, con tiempo y dedicación, ha logrado continuar brindándoles lo mejor.

“Todos los días me levanto a ver cómo están. Estos días que hemos estado en cuarentena por el COVID-19 no han sido fáciles para nadie. En mi caso, ellas me sacan una sonrisa… realmente, no imagino mi vida sin ellas”, resalta convencido, y añade que “mis tortugas son mi vida y ellas me hacen  sentir tranquilo y me inspiran paz”.

Jaime recuerda que, si vas a adoptar a una tortuga sulcata como mascota, tomes en cuenta que esta especie es una tortuga de tierra que puede alcanzar un tamaño de hasta 3 pies.

“Es una responsabilidad para toda una vida, ya que estas tortugas pueden vivir más de 70 años. Siempre debes recordar que, más que una mascota, es como un hijo, un amigo o un confidente. Es ese ser que siempre estará para ti, agradecido por adoptarlo, pues le estás dando una nueva vida y, sobre todas las cosas, tienes que dar el todo para demostrarte lo feliz que estás de tenerlo”, concluye diciendo Jaime.