Si eres un apasionado de la acuariofilia, seguramente te encantarán los peces guramis. Originarios de la India, Tailandia, Indonesia y Malasia, estos peces prefieren aguas cálidas y bien oxigenadas, aunque ahora los encontramos en acuarios de todo el mundo.
Estos llamativos peces tienen el don de conquistar a muchos, gracias a su comportamiento único, que da la impresión de que están besándose, de ahí su nombre de guramis besadores o “Kissing gouramis”. Sin duda, su comportamiento peculiar y su aparente interacción con los humanos y otros peces han llevado a algunas personas a describirlos como cariñosos.
La tendencia de los “Kissing gouramis” a nadar hacia la superficie cuando alguien se acerca al acuario puede interpretarse como un gesto de afecto o interacción, ya sea con humanos o con otros peces, motivado por diversas razones como la búsqueda de alimento, la exploración del entorno o, simplemente, como parte de su comportamiento natural.
Aunque utilizan su boca para juntarse con la de otro macho, este gesto no es romántico, sino más bien una demostración de fuerza, similar a la de los ciervos que chocan sus cornamentas para establecer jerarquías. Con labios gruesos y boca protráctil, estos peces de cuerpo alargado y comprimido pueden alcanzar hasta 12 pulgadas en el acuario. En su hábitat natural, su coloración es plata-verdosa, pero, en cautividad, la variante de gurami besador es uniformemente blanca o rosada, siendo la de color mármol la más difícil de encontrar. Su promedio de vida es de 5 a 7 años, pero se sabe que el gurami besador puede vivir mucho más tiempo.
A pesar de su comportamiento territorial hacia miembros de su misma especie, su compatibilidad con otras especies suele ser más llevadera, si se les proporciona suficiente espacio. Son omnívoros y disfrutan de una dieta variada que incluye vegetales, plancton e insectos. Para mantener estos peces en un acuario comunitario, se recomienda tener entre cuatro y seis peces en un acuario de entre 120 y 250 litros.
La alimentación de los guramis besadores se basa en una amplia variedad como insectos, algas, larvas de otras especies y otros microorganismos. Son capaces de encontrar nutrientes en lugares donde otras especies no pueden.
En cuanto a su reproducción, los guramis besadores depositan sus huevos bajo la vegetación en la naturaleza, pero en cautiverio no construyen nidos. Las crías eclosionan entre 40 y 50 horas después de la puesta, alcanzando la madurez sexual entre los 3 y 4 años.
Estos peces, más allá de su aparente gesto de afecto, revelan una naturaleza territorial y una dinámica propia que los convierte en una fascinante adición para aquellos que desean explorar el mundo de la acuariofilia con especies cautivadoras y singulares.
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