“muchas veces adquirimos una mascota pensando en nosotros, y se nos olvida que estas tienen unas necesidades particulares. Si educamos a los guardianes sobre estas necesidades, la calidad de vida de ambos va a mejorar y así evitamos el abandono de animales, el cual muchas veces sucede por la falta de comunicación y comprensión” 

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En octubre, nuestra Boriestrella la encontramos en Ponce. Se trata de Scooby, un gran danés fawn que es cariñoso, obediente, noble y, como todo gram danés, muy familiar. 

“De niña, en una ocasión me vi sola con un perrito que estaba buscando juego, esto me aterró y traumatizó al punto de que ya, de adulta, no me gustaban mucho los perros. Pero, un día vi la película Marmaduke y quedé enamorada del perro. Luego de insistirle a mis papás por varios meses que trajeran un gran danés a nuestro hogar, por fin llegó como regalo de Navidad. La verdad es que no he recibido mejor regalo que él”, comenta Alejandra, sobre la llegada de Scooby a su hogar el 1 de diciembre de 2010. 

Scooby disfruta de los paseos, de sus baños de sol en el patio, de ir a la playa y de cualquier actividad que involucre estar cerca de su familia y quizás es esta última característica la que cambió la vida de Alejandra en todos los sentidos. 

“Lo primero que hizo Scooby fue ayudarme a perder el miedo que tenía por los perros. No solo perdí el miedo a los perros, sino que el amor que siento por él se ha extendido a cada perrito que veo en la calle. No solo ha inundado nuestra vida de amor, sino que también ha provocado empatía por otros perritos”, destaca la orgullosa dueña de Scooby, al mencionar que “él siempre se emociona cuando llegamos a la casa, nos abre las puertas de los cuartos para entrar a dormir o saludar a todos en las mañanas”. Agrega que, durante los terremotos, fue el primero en correr a donde cada uno para ver que todos estuviésemos bien. 

“¡Scooby tiene el alma de un perro pequeño dentro del cuerpo de un gigante, por lo mismo tumba todo a su paso, con su cola emocionada puede hacerte un hematoma y qué decir de si te pisa un pie! Pero, ¡es la alegría de nuestro hogar!”, comparte divertida Alejandra, aunque acepta que la parte más difícil de tenerlo ha sido entender que no durará muchos años. 

“Mientras más grande es la raza, menos tiempo duran. Los grandes daneses suelen padecer de artritis y displasia en sus caderas por lo rápido que crecen. Scooby ya tiene 10 años y tiene ambas (condiciones). Por ello, diariamente le damos suplementos para fortalecer sus huesos”, señala, para añadir que los papás perrunos de Scooby duraron aproximadamente 11 años. “Mientras tanto, hago todo lo que esté a mi alcance para que dure mucho tiempo más”, dice, mientras enfatiza que la parte más reconfortante de tener a Scooby es “el amor tan inmenso que da, sus ojitos, la atención que está buscando siempre, aunque sea un viejito y tenerlo siempre a mi lado. Sacarlo a pasear siempre es una odisea, pues todos los perros alrededor comienzan a ladrar y todo el que lo ve se detiene a preguntar por él, a acariciarlo y a decirnos lo lindo que es”, agrega complacida. 

Convencida de que la crianza de una mascota no es difícil, pero que requiere de responsabilidad y mucho compromiso al alimentarla, atenderla, vacunarla y estar con ella siempre, señala que, en el caso de Scooby, ha resultado más complicado buscar un cuido las veces que la familia se ha tenido que ir de viaje. 

“Por su tamaño, muy pocas personas están dispuestas a cuidarlo unos días, sin imaginarse que cuidarlo a él es una aventura de amor”, dice. 

Aunque entiende que, en los últimos años, ha cambiado la forma de pensar de las personas hacia los animales, está convencida de que aun falta mucho por aprender. Afirma que, si bien ya no es tan común ver un lugar con perros amarrados 24/7, todavía existen personas con poco amor por ellos que los abandonan, los regalan o no les dan el cuidado que merecen. 

Por ello, aconseja que, “si vas a adoptar una mascota, estés consciente del compromiso que conlleva; tanto económico como de tiempo y afecto. Hay muchos perritos abandonados que están en espera de un hogar que los cuide y los proteja. Aunque requiere compromiso, adquirir una mascota será la mejor decisión, pues tendrá amor, lealtad y cariñitos de sobra”, finaliza diciendo.